A
raíz del accidente y subsiguiente fallecimiento de un querido amigo
motociclista de un motoclub capitalino, escribo estas líneas para poner sobre
aviso a los motociclistas que gustan de salir en grupo, pues es seguro que este
amigo fue víctima de las dificultades y presiones a las que está sometido el
motociclista cuando forma parte de un grupo.
Por mi experiencia he visto que cada motoclub tiene diferente filosofía de
manejo, si es que la tiene del todo. Muchos amigos sólo conciertan la hora y
lugar de la salida, y párele de contar. A rodar. Cuando mucho tratan de manejar
sesgueados, a dos o tres segundos de distancia el uno del otro, pero fuera de
eso todo es posible, hasta rebasarse cuando a uno le da la ansia de un acelerón,
desprenderse del grupo y adelantarse, cambiar el ritmo de velocidad de crucero,
intercambiar lugar en el grupo, etc.
A continuación les platicaré cuales son las reglas del Motoclub BMW de México
AC, al cual pertenezco desde hace ya 22 años.
Tratamos de no formar grupos mayores de cinco motocicletas, tanto para
seguridad del grupo como para no ser una molestia para los automovilistas. El
grupo es autónomo y no tiene obligaciones con los demás grupos, es decir puede
detenerse donde quiera y hasta tomarse el tiempo que quiera para llegar a su
destino. Pero
eso sí, el grupo no se debe desintegrar, y debe quedar unido en las buenas y
las malas. A la hora de la salida, tenemos a un Capitán de Camino que asigna
los grupos, les da la señal de salida, e integra los grupos con compañeros
afines en sus costumbres de manejo. Así tenemos a “los lentos” los “rápidos”,
los “temerarios”, etc. Ese Capitán, huelga decirlo, es socio antiguo que conoce
bien los hábitos de manejo de cada integrante del motoclub.
El papel fundamental del grupo lo debe de llevar el motociclista que lo
encabeza. Sobre él recae la responsabilidad de que todos lleguen sanos y salvos
a buen puerto. Debe ser un manejador cuerdo, experimentado, consciente de su
responsabilidad. De todos, él es quien se lleva la parte menos agradable del
viaje: es el primero en enfrentarse con los obstáculos, y el hecho de que tenga
que estar siempre al pendiente de los demás a través de sus espejos, le quita
concentración y lo hace más vulnerable a una contingencia. Ni siquiera disfruta
del espectáculo de las motos serpenteando por las carreteras.
En segundo lugar ponemos a los motociclistas menos experimentados, o con motos
de menor potencia. Para el cierre, también debemos tener a un motociclista
experimentado, con moto potente y que no tenga miedo a la velocidad, pues él
tendrá que forzar su máquina mucho más que los demás, como se verá, y a menudo
se saldrá de la “burbuja”.
En nuestro Reglamento de Carretera es prohibido rebasarse sin motivo, cambiar
el lugar asignado, y quien no respeta las reglas no será aceptado como miembro,
o si es miembro se hará acreedor a una llamada de atención. Y lo más
importante: el integrante del grupo es directamente responsable del compañero
que tiene detrás; nunca lo debe de perder de vista. Éste a su vez deberá
respetar los tres segundos de espacio, a menos que quien tenga detrás no esté a
la vista. En este caso, deberá aminorar la velocidad y esperarlo o darse la
media vuelta para indagar la causa del retraso. Es imperdonable que un
motociclista llegue a preguntarse dónde están los demás, pues ya lleva media
hora esperándolos. Esto es lo que sucederá con un mal líder, que se desentiende
del grupo, maneje a su antojo, y llegue a la caseta de peaje de Acapulco sin
haberse dado cuenta que uno de los compañeros quedó varado 40 kilómetros atrás.
(Caso real que sucedió nada menos que en nuestro dizque severo motoclub; el
compañero abandonado fue remolcado por un Angel Verde, mientras su líder ya
estaba en la alberca con su segunda cuba. Aprovecho el paréntesis para
recodarles que se debe tener especial cuidado en autopista, en caso de
contingencia, por el hecho de que no hay modo de retornar inmediatamente, a no
ser por el acotamiento y en sentido contrario.)
He aquí las obligaciones del líder: después de rebasar un vehículo lento, un
autobús por ejemplo, se cuidará de reducir la velocidad lo suficiente para no
perder de vista al autobús y asegurarse de que el segundo ha rebasado también.
Éste a su vez hará lo mismo con el que le sigue. Cuando el grupo esté unido
nuevamente, el puntero recobrará la velocidad de crucero, que naturalmente
variará según las especificaciones del grupo. Habrá otros rebases, pero la
mecánica es la misma: nunca perder de vista al que sigue, es decir, aminorar la
velocidad, no seguir rebasando, en tanto el grupo esté disgregado entre
automóviles. Un mal líder se desentenderá de los demás y seguirá rebasando. Es
importante hacer hincapié que por motivos sicológicos, el motociclista olvida a
menudo la regla (la de esperar al que le sigue) y acelera fuertemente hasta
emparejarse con el compañero que tiene adelante. Es un grave error que pone en
riesgo a todo el grupo. Pues al acelerar, abandona al que le sigue, y éste,
sintiéndose sólo, acelerará a su vez innecesariamente, sin miramientos de los
peligros. He observado que esto es precisamente lo que pasa en la mayoría de
los grupos, incluyendo a menudo los grupos de nuestro propio motoclub; el líder
no enfrena lo suficiente y deja espacios enormes detrás de sí, casi retando a
sus seguidores a alcanzarlo.
Si estamos en rectas, y si el líder después de un rebase conserva su velocidad
de crucero, digamos 140, el segundo tendrá que levantar hasta 160 para
alcanzarlo después de haberse rezagado detrás de un vehículo lento. El tercero
tendrá que empujar hasta 180 para alcanzar a los dos delanteros y el cuarto
hasta 200 o más y jugarse la vida, mientras el líder, que nunca rebasó los 140
pero que tampoco aflojó, está muerto de la risa como niño que acaba de gastar
una broma. Sin embargo, estamos en rectas y como ustedes saben, 200 por hora en
una buena moto no es nada del otro mundo.
¿Pero qué pasa si esta situación se da en el tramo de la carretera federal
Tierra Colorada-Acapulco? He aquí el tramo más peligroso de una salida a
Acapulco. Hay curvas, hay bochorno, hay imprevistos, (ver foto) hay cansancio,
hay deshidratación. En este tramo, el motociclista lleva a cuesta 5 horas de
manejo y la panza llena después del desayuno. Amaneció fresco y alerta pero
ahora le toca un calor violento, el cansancio, y si quien lidera el grupo, no
sabe o no entiende o no le da la gana aminorar su velocidad después de cada
rebase, el grupo está en peligro de accidente como nunca lo estuvo hasta ahora,
por el cúmulo de factores adversos.
Fue en este tramo que se accidentó nuestro amigo, no pudiendo dominar una curva
debido al exceso de velocidad. Se salió de la “burbuja” para alcanzar al líder.
A los factores negativos antes mencionado, agréguele los siguientes: nuestro
amigo retomaba la moto después de un largo tiempo de “descanso”; era de edad
avanzada y su moto una antigüedad no tan apta para un manejo de velocidad como
las modernas. Todos estos agregados negativos los debió de ponderar el líder,
quien como señalé antes, debe estar bien informado de qué tipo de motociclistas
tiene a su cargo. Y debió evitar dejar grandes espacios entre sí y los demás de
su grupo.
Pero como dije, por alguna razón sicología, el motociclista no tiende a esperar
al que le sigue sino a emparejarse con el que le precede y para tales efectos
acelera tontamente, cosa que no haría si estuviese manejando en solitario, y
“se sale de la burbuja”, o sea de sus propios parámetros de seguridad.
Mi opinión al respecto sobre este fenómeno psicológico es, en fin de cuentas,
que los integrantes de un grupo le deben tener la más grande desconfianza a
aquel compañero que siempre se queja de que se está yendo demasiado despacio.
Éste es el verdadero peligro al que está sujeto el grupo, pues el motociclista
“rápido” es generalmente un bocón y no perderá una oportunidad de quejarse de
que los demás son “lentos”, queriendo dar a entender que él es muy y más
chingón, y que no es justo que tenga que ver mermado su deleite por el
motociclismo por culpa de un bonche de papanatas. Este “chingón” es quien va a
presionar al grupo y hacerle tomar riesgos, pegándose a menudo a quien le
precede y presionándolo incesantemente para que ambos alcancen al puntero. Es
pues recomendable poner a este personaje en el último lugar, donde podrá
disfrutar de grandes aceleraciones, a la hora de alcanzar al grupo, con la
adrenalina hasta las orejas. Y pedirle que no se acerque a menos de tres
segundos. O que se largue por su cuenta.
Resumen del viaje en grupo:
1º lugar: motociclista experimentado, sereno, que será el responsable del
grupo. Deberá saber esperar pacientemente al que le sigue para que éste no
tenga que jugarse la vida para alcanzarlo cuando hay rebases en carretera de
doble sentido. (Eso aplica para todos los integrantes). No es necesario que su moto
sea muy potente.
2º lugar: el novato, el tranquilo, el de la moto de baja potencia, los
adolescentes, y de preferencia el compañero que traiga pasajero.
3º lugar: motociclista más experimentado, con moto ya algo más potente, que le
permita alcanzar fácilmente a los punteros si éstos se olvidaron de esperarlo,
no se fijaron que aún no rebasaba, vienen distraídos, etc.
Últimos lugares: los sorpassos, los impacientes, los rápidos. Pero todos deben
ser experimentados. Nunca se pondrá en el cierre del grupo a un novato, pues
eso sería como ponerle una soga al cuello.
Conclusión
El manejo en grupo mayor de tres motos no se presta a hacer carreras, y debe
llevarse con paciencia y sapiencia. Quienes gustan de correr no deben incluirse
en un grupo común, donde por su ímpetu pondrán a los amigos en riesgo,
presionándolos para que vayan más rápidamente de lo que pueden o gusten. Estos
amigos deben de buscar motociclistas afines, y si son verdaderamente
hambrientos de emociones, quedarse en el último lugar, sin derecho a rebasar
los compañeros innecesariamente.
Es importante que los clubes definan con claridad su filosofía de manejo en
grupo y que durante sus juntas oficiales toquen el tema de cómo estuvo el
manejo en su último viaje y qué observaciones pueden aportar para mejorar la
seguridad. Salir a carretera en grupo sin delineamientos previos es riesgoso en
extremo y casi garantía de un viaje pesado y desagradable. (Posiblemente por
eso no son pocos quienes rehuyen del viaje en grupo y prefieren “jugárselas”
solos.)
Por: Roger Serra .- Motoclub BMW Mexico.