LIMPIEZA DEL RADIADOR
DEL AGUA
El sistema de refrigeración sólo funciona en base a una meticulosa limpieza de todo el circuito.
ASEGURAR LA REFRIGERACIÓN
El sistema de refrigeración sólo funciona en base a una meticulosa limpieza de todo el circuito.
ASEGURAR LA REFRIGERACIÓN
Algunas operaciones de mantenimiento periódico de las motocicletas son menos
obvias que otras. Mientras se puede presumir a simple vista que un sistema de
transmisión necesita un repaso, o por el sonido del motor, que las válvulas
requieren un ajuste, hay elementos en los que es menos fácil advertir la
obligatoriedad de realizar sobre ellos operaciones de mantenimiento.
Buen mantenimiento
Algunos engrases particulares o la revisión del sistema de refrigeración son
algunos de ellos. Si la moto se refrigera por aire, la suciedad que se adhiere
a las aletas e impide el correcto paso del aire se advierten con rapidez; sin
embargo, si la refrigeración se realiza por medio de un fluido, hay problemas
que no se acusan fácilmente.
Los elementos que necesitan en estos sistemas una atención más detallada son el
radiador y los conductos interiores. El radiador es el elemento que oficia de
intercambiador entre el agua calentada por el motor y el aire fresco del
exterior. Está compuesto por multitud de tubos finos por los que pasa el agua,
separados por delgadas láminas metálicas que cumplen una función análoga a la
de las aletas de los cilindros refrigerados por aire.
Hay dos puntos que se deben revisar en un radiador; por una parte el estado
interior de las superficies, y por otra el estado de las laminillas de
refrigeración. Hay que tener en cuenta que estas últimas son sumamente
delgadas, y cualquier golpe por pequeño que sea consigue abollarlas. Incluso la
manipulación con la mano del radiador, puede hacer que algunas de ellas se
deformen. Si esto ocurre, algo habitual por el choque de partículas
provenientes del suelo o la atmósfera, el aire no puede atravesar el radiador,
y por tanto no refrigera convenientemente.
Para esta tarea se precisa una herramienta del grosor adecuado y, sobre todo,
una gran dedicación. La conservación del aleteado es la validez del radiador.
Trabajo meticuloso e indispensable
Devolver las láminas a su posición original es una tarea bastante pesada, ya
que hay que hacerlo una a una, y un radiador está compuesto por miles de ellas.
Para hacerlo, lo normal es contar con un punzón fino o un destornillador de
similares características, que consiga introducirse entre las láminas. Hay que
tener bastante cuidado para no romper ni las láminas ni los conductos que
limitan su espacio. Antes de devolver las láminas a su posición correcta se
puede limpiar el radiador con agua, aunque hay que evitar una presión excesiva,
ya que también abollará las láminas.
Actualmente, salvo en competición, todas las motos llevan líquidos
anticongelantes como fluido de refrigeración, lo que disminuye bastante el
mantenimiento, ya que estas substancias, además de los glicoles normales para
bajar el punto de congelación, disponen de otros aditivos entre los que se
encuentran los antioxidantes. En los motores de fundición los problemas son aún
más elevados que en los de aluminio que equipan las motos. El aluminio forma
una capa de alúmina que impide su corrosión, pero el calor y la acción de los
elementos que pasan al circuito de refrigeración, acaban por formar una capa de
óxido que conviene eliminar cada cierto período.
Los radiadores son ocasionalmente de aluminio, pero normalmente son de chapa de
acero. Para limpiar su interior se debe quitar la capa oxidada, algo imposible
desde el exterior, por lo que hay que utilizar líquidos desoxidantes. Como el
radiador tiene muchos recovecos es muy difícil que una limpieza superficial lo
consiga dejar bien, y llenarlo con el producto adecuado y agitarlo no produce
grandes resultados. Las partículas de mayor tamaño se pueden intentar
desincrustar mediante la introducción a presión del desoxidante, pero el gasto
de esta sustancia puede ser muy elevado. La mejor manera es emplear algún
desoxidante en el líquido de refrigeración, de modo que la continua entrada a
presión acabe por desincrustar las partículas. Si hay bastante óxido, éste
acabará por atascar el sistema, por lo que conviene cambiar el líquido cada
pocos kilómetros y dejar de hacerlo cuando salga limpio y sin partículas. Según
la suciedad interior del circuito puede requerir varios cambios consecutivos.
Otro elemento que necesita algún mantenimiento es el termostato, en las motos
que disponen de él. El material en que está realizado es completamente
inoxidable, pero las continuas aperturas y cierres, y sobre todo las posibles
impurezas del agua, pueden afectarle, por lo que al tiempo que se limpian
elementos como el radiador o el resto de los conductos, debe vigilarse su
estado y su correcta apertura.
El sistema de refrigeración de la moto es fundamental para su perfecto
funcionamiento, ya que una temperatura anormal del motor, ya sea mayor o menor,
afecta a la totalidad de los elementos, desde las holguras correctas a las
características de los lubricantes. Este sistema no necesita una gran atención,
pero sí un cierto cuidado. El anticongelante es un gran informador del estado
de los conductos y de otros problemas, ya que si está sucio de residuos e
incluso aceite, se adivinan las causas con rapidez. Como además se debe vaciar
el circuito en las revisiones habituales, éstas se pueden utilizar para
controlar la posible suciedad del circuito.
PASO A PASO COMO LIMPIAR UN RADIADOR DE AGUA
- Para limpiar interiormente el radiador, es necesario desconectar los manguitos y posteriormente separarlo de los anclajes que le sujetan al chasis, así como del conducto del vaso de expansión y de la válvula del termómetro.
- Como el circuito provoca una circulación constante no suele tener grandes cantidades de residuos sueltos, pero conviene sacar los que pueda haber mediante un chorro de agua a presión.
- El siguiente paso consiste en llenar el radiador con un desoxidante; luego se tapan las salidas y se agita. para dejar a continuación que el producto actúe un tiempo prudencial y limpie todos los conductos.
- Si el circuito del motor está sucio, hay que introducir desoxidante en el líquido de refrigeración, con cuidado de que sus características de punto de ebullición, estabilidad térmica, etc. sean compatibles con el circuito y dejarlo que actúe con el motor en funcionamiento.
- Transcurridos unos minutos, se vuelve a aclarar el interior del radiador con agua a presión y se repite la operación anterior para arrancar definitivamente los últimos residuos. A continuación se vuelve a montar en su ubicación original.
- Por último, hay que cambiar el líquido hasta que el sistema quede libre de toda suciedad y el anticongelante salga limpio. Si se trata de un radiador de aluminio, es recomendable una mezcla al 50% de glicol y agua destilada.
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