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domingo, 6 de mayo de 2018

RIESGO DE MANEJO DE MOTO EN GRUPO


A raíz del accidente y subsiguiente fallecimiento de un querido amigo motociclista de un motoclub capitalino, escribo estas líneas para poner sobre aviso a los motociclistas que gustan de salir en grupo, pues es seguro que este amigo fue víctima de las dificultades y presiones a las que está sometido el motociclista cuando forma parte de un grupo.


Por mi experiencia he visto que cada motoclub tiene diferente filosofía de manejo, si es que la tiene del todo. Muchos amigos sólo conciertan la hora y lugar de la salida, y párele de contar. A rodar. Cuando mucho tratan de manejar sesgueados, a dos o tres segundos de distancia el uno del otro, pero fuera de eso todo es posible, hasta rebasarse cuando a uno le da la ansia de un acelerón, desprenderse del grupo y adelantarse, cambiar el ritmo de velocidad de crucero, intercambiar lugar en el grupo, etc.

A continuación les platicaré cuales son las reglas del Motoclub BMW de México AC, al cual pertenezco desde hace ya 22 años.

Tratamos de no formar grupos mayores de cinco motocicletas, tanto para seguridad del grupo como para no ser una molestia para los automovilistas. El grupo es autónomo y no tiene obligaciones con los demás grupos, es decir puede detenerse donde quiera y hasta tomarse el tiempo que quiera para llegar a su destino. Pero eso sí, el grupo no se debe desintegrar, y debe quedar unido en las buenas y las malas. A la hora de la salida, tenemos a un Capitán de Camino que asigna los grupos, les da la señal de salida, e integra los grupos con compañeros afines en sus costumbres de manejo. Así tenemos a “los lentos” los “rápidos”, los “temerarios”, etc. Ese Capitán, huelga decirlo, es socio antiguo que conoce bien los hábitos de manejo de cada integrante del motoclub.

El papel fundamental del grupo lo debe de llevar el motociclista que lo encabeza. Sobre él recae la responsabilidad de que todos lleguen sanos y salvos a buen puerto. Debe ser un manejador cuerdo, experimentado, consciente de su responsabilidad. De todos, él es quien se lleva la parte menos agradable del viaje: es el primero en enfrentarse con los obstáculos, y el hecho de que tenga que estar siempre al pendiente de los demás a través de sus espejos, le quita concentración y lo hace más vulnerable a una contingencia. Ni siquiera disfruta del espectáculo de las motos serpenteando por las carreteras.

En segundo lugar ponemos a los motociclistas menos experimentados, o con motos de menor potencia. Para el cierre, también debemos tener a un motociclista experimentado, con moto potente y que no tenga miedo a la velocidad, pues él tendrá que forzar su máquina mucho más que los demás, como se verá, y a menudo se saldrá de la “burbuja”.

En nuestro Reglamento de Carretera es prohibido rebasarse sin motivo, cambiar el lugar asignado, y quien no respeta las reglas no será aceptado como miembro, o si es miembro se hará acreedor a una llamada de atención. Y lo más importante: el integrante del grupo es directamente responsable del compañero que tiene detrás; nunca lo debe de perder de vista. Éste a su vez deberá respetar los tres segundos de espacio, a menos que quien tenga detrás no esté a la vista. En este caso, deberá aminorar la velocidad y esperarlo o darse la media vuelta para indagar la causa del retraso. Es imperdonable que un motociclista llegue a preguntarse dónde están los demás, pues ya lleva media hora esperándolos. Esto es lo que sucederá con un mal líder, que se desentiende del grupo, maneje a su antojo, y llegue a la caseta de peaje de Acapulco sin haberse dado cuenta que uno de los compañeros quedó varado 40 kilómetros atrás. (Caso real que sucedió nada menos que en nuestro dizque severo motoclub; el compañero abandonado fue remolcado por un Angel Verde, mientras su líder ya estaba en la alberca con su segunda cuba. Aprovecho el paréntesis para recodarles que se debe tener especial cuidado en autopista, en caso de contingencia, por el hecho de que no hay modo de retornar inmediatamente, a no ser por el acotamiento y en sentido contrario.)

He aquí las obligaciones del líder: después de rebasar un vehículo lento, un autobús por ejemplo, se cuidará de reducir la velocidad lo suficiente para no perder de vista al autobús y asegurarse de que el segundo ha rebasado también. Éste a su vez hará lo mismo con el que le sigue. Cuando el grupo esté unido nuevamente, el puntero recobrará la velocidad de crucero, que naturalmente variará según las especificaciones del grupo. Habrá otros rebases, pero la mecánica es la misma: nunca perder de vista al que sigue, es decir, aminorar la velocidad, no seguir rebasando, en tanto el grupo esté disgregado entre automóviles. Un mal líder se desentenderá de los demás y seguirá rebasando. Es importante hacer hincapié que por motivos sicológicos, el motociclista olvida a menudo la regla (la de esperar al que le sigue) y acelera fuertemente hasta emparejarse con el compañero que tiene adelante. Es un grave error que pone en riesgo a todo el grupo. Pues al acelerar, abandona al que le sigue, y éste, sintiéndose sólo, acelerará a su vez innecesariamente, sin miramientos de los peligros. He observado que esto es precisamente lo que pasa en la mayoría de los grupos, incluyendo a menudo los grupos de nuestro propio motoclub; el líder no enfrena lo suficiente y deja espacios enormes detrás de sí, casi retando a sus seguidores a alcanzarlo. 

Si estamos en rectas, y si el líder después de un rebase conserva su velocidad de crucero, digamos 140, el segundo tendrá que levantar hasta 160 para alcanzarlo después de haberse rezagado detrás de un vehículo lento. El tercero tendrá que empujar hasta 180 para alcanzar a los dos delanteros y el cuarto hasta 200 o más y jugarse la vida, mientras el líder, que nunca rebasó los 140 pero que tampoco aflojó, está muerto de la risa como niño que acaba de gastar una broma. Sin embargo, estamos en rectas y como ustedes saben, 200 por hora en una buena moto no es nada del otro mundo.

¿Pero qué pasa si esta situación se da en el tramo de la carretera federal Tierra Colorada-Acapulco? He aquí el tramo más peligroso de una salida a Acapulco. Hay curvas, hay bochorno, hay imprevistos, (ver foto) hay cansancio, hay deshidratación. En este tramo, el motociclista lleva a cuesta 5 horas de manejo y la panza llena después del desayuno. Amaneció fresco y alerta pero ahora le toca un calor violento, el cansancio, y si quien lidera el grupo, no sabe o no entiende o no le da la gana aminorar su velocidad después de cada rebase, el grupo está en peligro de accidente como nunca lo estuvo hasta ahora, por el cúmulo de factores adversos.

Fue en este tramo que se accidentó nuestro amigo, no pudiendo dominar una curva debido al exceso de velocidad. Se salió de la “burbuja” para alcanzar al líder. A los factores negativos antes mencionado, agréguele los siguientes: nuestro amigo retomaba la moto después de un largo tiempo de “descanso”; era de edad avanzada y su moto una antigüedad no tan apta para un manejo de velocidad como las modernas. Todos estos agregados negativos los debió de ponderar el líder, quien como señalé antes, debe estar bien informado de qué tipo de motociclistas tiene a su cargo. Y debió evitar dejar grandes espacios entre sí y los demás de su grupo. 

Pero como dije, por alguna razón sicología, el motociclista no tiende a esperar al que le sigue sino a emparejarse con el que le precede y para tales efectos acelera tontamente, cosa que no haría si estuviese manejando en solitario, y “se sale de la burbuja”, o sea de sus propios parámetros de seguridad.

Mi opinión al respecto sobre este fenómeno psicológico es, en fin de cuentas, que los integrantes de un grupo le deben tener la más grande desconfianza a aquel compañero que siempre se queja de que se está yendo demasiado despacio. Éste es el verdadero peligro al que está sujeto el grupo, pues el motociclista “rápido” es generalmente un bocón y no perderá una oportunidad de quejarse de que los demás son “lentos”, queriendo dar a entender que él es muy y más chingón, y que no es justo que tenga que ver mermado su deleite por el motociclismo por culpa de un bonche de papanatas. Este “chingón” es quien va a presionar al grupo y hacerle tomar riesgos, pegándose a menudo a quien le precede y presionándolo incesantemente para que ambos alcancen al puntero. Es pues recomendable poner a este personaje en el último lugar, donde podrá disfrutar de grandes aceleraciones, a la hora de alcanzar al grupo, con la adrenalina hasta las orejas. Y pedirle que no se acerque a menos de tres segundos. O que se largue por su cuenta.

Resumen del viaje en grupo:

1º lugar: motociclista experimentado, sereno, que será el responsable del grupo. Deberá saber esperar pacientemente al que le sigue para que éste no tenga que jugarse la vida para alcanzarlo cuando hay rebases en carretera de doble sentido. (Eso aplica para todos los integrantes). No es necesario que su moto sea muy potente.

2º lugar: el novato, el tranquilo, el de la moto de baja potencia, los adolescentes, y de preferencia el compañero que traiga pasajero. 

3º lugar: motociclista más experimentado, con moto ya algo más potente, que le permita alcanzar fácilmente a los punteros si éstos se olvidaron de esperarlo, no se fijaron que aún no rebasaba, vienen distraídos, etc.

Últimos lugares: los sorpassos, los impacientes, los rápidos. Pero todos deben ser experimentados. Nunca se pondrá en el cierre del grupo a un novato, pues eso sería como ponerle una soga al cuello.

Conclusión

El manejo en grupo mayor de tres motos no se presta a hacer carreras, y debe llevarse con paciencia y sapiencia. Quienes gustan de correr no deben incluirse en un grupo común, donde por su ímpetu pondrán a los amigos en riesgo, presionándolos para que vayan más rápidamente de lo que pueden o gusten. Estos amigos deben de buscar motociclistas afines, y si son verdaderamente hambrientos de emociones, quedarse en el último lugar, sin derecho a rebasar los compañeros innecesariamente. 

Es importante que los clubes definan con claridad su filosofía de manejo en grupo y que durante sus juntas oficiales toquen el tema de cómo estuvo el manejo en su último viaje y qué observaciones pueden aportar para mejorar la seguridad. Salir a carretera en grupo sin delineamientos previos es riesgoso en extremo y casi garantía de un viaje pesado y desagradable. (Posiblemente por eso no son pocos quienes rehuyen del viaje en grupo y prefieren “jugárselas” solos.)

Por: Roger Serra .- Motoclub BMW Mexico.