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viernes, 12 de febrero de 2016

Y LOS LLANOS SINTIERON EL RUGIR DE LOS CENTAUROS....

Eduardo Alva montado en su corcel contemplando los medanos

Entre el 6 y el 8 de Febrero tuvimos la oportunidad de recorrer las hermosas llanuras venezolanas en compañía de nuestros hermanos del moto club, con la intención clara de asistir y apoyar el evento Joropo moteando a realizarse en el estado Apure, evento que se presentó en su 6ta. edición en beneficio de los niños con cancer y organizado con mucho detalle por nuestro hermano Alexander Krinitzky. 

por: Luis Díaz

El viaje comenzó muy temprano el día sábado seis a eso de las ocho de la mañana ya la caravana con la participación de hermanos de Caracas y Aragua, entre los apuros de último momento tomamos la vía de la carretera nacional que nos llevaría a Villa de Cura, San Juan de los Morros, Dos Caminos. Bajo un sol que sonreía complacientemente, la carretera que se abría ante nosotros invitándonos a surcarla lucia con poco tráfico para ser inicio de temporada carnestolenda, con una nutrida presencia de cuerpos de seguridad desplegados en toda la vía desde Villa de Cura hasta dos caminos logramos avanzar al ritmo que nos permitía la misma carretera, luego de calabozo, la carretera se encuentra deteriorada, por lo que para los moteros era de especial atención estar pendiente de la vía por los desniveles y huecos que esquivamos el resto del camino. Deteniéndonos de vez en vez a cargar combustible y a hidratarnos un poco, en el recorrido muchos de nuestros hermanos se cruzaron con nuestra caravana sin dejar pasar el saludo cordial que comenzaba a hacernos sentir en casa. A buen ritmo arribamos a tierras Apureñas a eso de las dos de la tarde, Arribando de inmediato al Hotel D&D
Hotel D&D Inn - San Fernando de Apure
Inn de la ciudad, adyacente al aeropuerto y donde fuimos muy bien recibidos por sus empleados, lindas y cómodas instalaciones, sin embargo los precios de la comida no son para quienes sufren del corazón. Luego de ubicarnos, procedimos al descanso obligado luego de recorrer unos 316 Kilómetros de hermosas llanuras golpeadas por la sequía de la época pero brindándonos la sensación de libertad que tanto ansiamos. Esa noche, algunos de nuestros compañeros asistieron por unas horas al evento a pesar del cansancio pero con el corazón henchido de emoción. Con el paso de las horas la ciudad se iba llenando de hermanos moteros quienes se iban concentrando en el espacio del evento. Allí nos encontramos con el Gocho Melo, tradicional animador desde hace mucho de los eventos del mundo motero, quien una vez mas animó la reunión que comenzaba. El cansancio pudo mas que el deseo de trasnocharnos y regresamos al hotel, donde pudimos descansar mientras en la terraza sonaba la canción que unos conocemos y otros han escuchado "Súbete a mi Moto" del extinto grupo Menudo, Al siguiente día nos levantamos y desayunamos, para luego salir a rodar rumbo al Balneario "La Macanilla" ubicado a unos 199 Km. de donde estábamos, sin embargo por la distancia, el recorrido y la hora en que salimos llegamos solo hasta los medanos, donde disfrutamos de un rato de relax en compañía de otros hermanos y la mirada vigilante de los cuerpos de seguridad.
De regreso nos detuvimos en un restaurante en la vía donde degustamos comida típica como carne asada, cachapas, sopa, cochino y las infaltables cervezas. Para regresar al hotel y prepararnos para asistir al evento, esa noche nos ubicamos y disfrutamos de la compañía, la música y de la animación de los grupos e invitados. Durante el tiempo que compartimos los presentes comentábamos como se han ido mercantilizando los diferentes eventos que se hacen en Venezuela, de como los costos se han ido aumentando sin tomar en cuenta que las motos son las protagonistas de los eventos y los moteros los invitados de honor (como comentó Krinitzky) cuando cada motero entre hospedaje, alimentación, bebidas, souvenir e imprevistos puede dejar en tres días mas de 60 mil en cada evento por unos 1.500 asistentes o mas, contribuyendo a la economía de la zona donde se haga el evento, por eso nos pareció acertado que el organizador y las autoridades hayan logrado un consenso para no perseguir a los moteros durante el evento (a diferencia de otras partes y otros eventos) Alexander cuidó los detalles que deben cuidarse, asistencia de grúa, ambulancia, asistencia médica, comida y sobre todo el costo del evento... Gratis... si amigo lector, gratis, solo el compromiso era que cada motero según su conciencia aportara una colaboración para la loable acción de recaudar fondos para los niños con cancer, aún así hubo moteros que no aportaron nada o si aportaron fui muy poco, sabiendo nosotros cuanto estaban gastando para poder estar allí pero... a la final el evento quedó excelente, afortunadamente no hubo victimas que lamentar en los pocos incidentes que conocimos. Entre los sitios que visitamos fuimos a las cabañas cerca del aeropuerto a comer, allí degustamos comida de la zona y unos pavones que de verdad nos dejaron satisfechos, para luego instalarnos en la piscina del hotel, allí pasamos un día de relax, rodeados de la belleza de las instalaciones.
En la noche asistimos una vez mas al evento, compartimos un rato y regresamos a descansar para emprender el retorno al siguiente día. El regreso fue rápido a pesar de que no excedimos los 100 Kph, la carretera nos trato bien, nos detuvimos a almorzar en Villa de Cura y luego cada uno asumió su ruta de regreso en la encrucijada donde nos despedimos hasta un nuevo encuentro para recorrer nuestra geografía a bordo de nuestras motos. Al organizador Dr. Alexander Krinitzky y a su familia vaya nuestro reconocimiento por un excelente evento y atención, no pudimos compartir mucho porque el dueño de casa cuando hace fiesta es el que menos se divierte pero... nosotros lo hicimos por el... Lleguen nuestras felicitaciones por la llegada de un nuevo miembro de la familia Krinitzky que llego justo cuando nos despedíamos a iluminar ese hogar. Buenas rutas Hermanos, siempre con el viento en el rostro...!